30 años de La Muerte de Superman, ¿mal cómic, buenas ventas?

Por René Laphond

Me topé hace unos días con un viejo amigo mío, un chico con el que coincido en el gusto por los cómics, no importa la compañía de la cual provengan y normalmente la plática deriva a la añoranza por las viejas historias icónicas de superhéroes y, como es normal en nuestros ocasionales encuentros, tenemos puntos de vista muy diferentes, así que siempre nos vamos a la discusión y el debate. Esta vez tocó el tema de La Muerte de Superman, la cual se cumplieron 30 años en agosto. La opinión de mi amigo por este cómic es fundamentalmente negativa desde el punto de vista de historia y sobre todo artística, además de su idea sobre la conspiración de Dan Jurgens, el guionista y dibujante para que le tocara el tomo final de la historia.

Hay que recordar que la historia se desarrollaría en 7 tomos entre los 4 títulos que se publicaban en ese año por DC que eran: “Superman: Man of Steel”, “Superman”, The Adventures of Superman” y “Superman Action Comics”.

Siguiendo ese orden, el tomo 7 y final donde moriría por primera vez el superhéroe por excelencia, el primero de todos, el que sentó las bases del ícono, le tocaría al título The Adventures of Superman #498, dibujado por Tom Grummett y escrito por Jerry Ordway, pero no sucedió así y mi amigo sostiene su teoría contra Jurgens.

Dan Jurgens no era el mejor dibujante de los 4, pero metió un número intermedio de Justice League #69 que, por cierto, casualmente él también lo dibujaba, para que el número final le tocara a él y no a Tom Grummett

Me decía mientras estábamos sentados en la banca de un parque en la calle 4ta.

A Jurgens se le ha acusado por sus compañeros del gremio como una persona muy egocentrista y se aprovechó de su posición en la editorial para pasar a la historia como el que dibujó La Muerte de Superman”.

Y nos guste o no, lo logró.

Se puede ver en el número final dibujos horribles de Lois y desproporciones en los brazos de Superman, pero lo más malo es la historia en sí”.

En este punto estoy de acuerdo con mi amigo, el canadiense Grummett tiene un arte superior a los otros 3, de eso no hay duda; lo que siempre debatimos es la historia.

¿Cómo es posible que, al más grande superhéroe de todos los tiempos, el más famoso e icónico, lo mate un ‘don nadie’ como Doomsday? ¿Es decir, un personaje del que no se sabía nada y había salido solamente en esos 7 números? Es un insulto para villanos legendarios como Lex Luthor o Brainiac

Bueno, mi respuesta fue que, precisamente por eso era posible desarrollar la historia de esa manera súbita y acelerada, sin mucho que conocer o analizar, simplemente una fuerza imparable de muerte y destrucción que había que detener a como dé lugar, solamente que Superman murió en el proceso.

¿Muerte y destrucción?” me interrumpe mi amigo.

¿Cuál muerte de destrucción? Si solamente mata a un pajarillo, a un ciervo y algunos transeúntes. Es más, se enfrentó a la Liga de la Justicia, entre ellos 5 héroes sin invulnerabilidad y… ¿ninguno muere? Wow qué gran historia

Resopla mientras se abrocha sus Converse azul marino y yo me río.

En eso tiene un punto, Blue Beetle, Booster Gold, Ice, Fire y Guy Gardner vivieron para contarlo cuando pudieron quedar como globos de sangre estrellados en el piso.

Yo le explicaba que algo que nadie nota cuando lo lee, es que a partir del 4 número, las viñetas por página van decreciendo; en ese empiezan a dibujarse solamente 4 viñetas, en el siguiente 3 y así hasta el Superman #75 donde muere, en el que es una viñeta completa por página, haciendo que las imágenes cuenten la historia volviéndose más llenas de detalles y tamaño, haciendo una cuenta regresiva. Mi amigo no lo había notado, así que abrió el tomo que teníamos en ese momento ahí para revisarlo.

“Es verdad, no lo había notado”

Dijo entre dientes.

Aunque tengamos estos puntos de vista encontrados, coincidimos en que puede no ser un cómic perfecto, podría haber quedado mejor, pero la realidad es que fue un parteaguas en la industria. La noticia estuvo en primeras planas de diarios en Estados Unidos, Saturday Night Live parodió la historia en un sketch y se llegaba a tener la política de vender sólo un número por comprador en algunos locales de cómics.

Las ventas llegaron a más de 6 millones de ejemplares, logrando la suma de $30 millones de dólares en el primer día.

Eso transformó a un escritor y dibujante promedio llamado Dan Jurgens, a una estrella en la industria del cómic” comenta mi amigo que no quita el dedo del renglón, pero le argumento que gracias a ello otros personajes tuvieron sus muertes o retiros de los cómics inspirados por cruzar esa línea de la muerte de un superhéroe, -“más bien del dinero que generaría…” – me interrumpe de nuevo.

Películas animadas, el regreso, la revancha o historias alternas en cómics, videojuegos, una readaptación pequeña de la historia dentro de la película de Zack Snyder “Batman v Superman: Dawn of Justice” (2016), y muchas más referencias al legado de este cómic que se atrevió a hacer lo que nadie hubiera pensado.

Nunca nos pondremos de acuerdo, yo la odio y tú ni lo uno ni lo otro, pareces más objetivo en tu análisis, tal vez con el tiempo me vuelva más como tú.” –

Ríe mientras toma su mochila y se levanta de la banca; es oscuro ya y la luz mercurial suena al encenderse.

Me da gusto volver a verte, casi siempre es una o dos veces al año, cuando no estás muy enfrascado en el trabajo. Tal vez al siguiente año hablemos de Knightfall, pues en el 2023 serán también 30 años de ello”.

Le contesto que me encantaría cambiar de tema, pues hablar siempre de La Muerte de Superman ya se volvió un tema tedioso, y me interesa saber su punto de vista de cuando Bane quiebra la columna de Batman y su adaptación en la película de Chris Nolan. – “Cuenta con ello.”- se despide con su uniforme deportivo color guinda de la Secundaria Federal N°1, me entrega el tomo con el escudo de Superman ensangrentado y se va sin voltear para atrás.

Mi viejo conocido desaparece en mi mente y no estoy en el parque sino en mi escritorio con mis manos en el teclado de la computadora. ¿Cuándo lo volveré a ver? No lo sabemos ni él ni yo, lo más probable es que sea cuando la nostalgia nos pegue de nuevo por alguna razón.

Recuerdo ser él a los 12 años y leer solamente el #75 de Superman en inglés, el cual me prestó una amiga de la secundaria y que su primo lo habría comprado en El Paso, pero sin más contexto sólo veía que se molían a golpes y terminaba con Superman tirado y Lois llorando, sin ninguna confirmación de que en realidad estaba muerto.

Cuando salió el tomo con todos los números juntos y pude leer la historia completa, me quedé igual, pues el contexto es escaso y el final es abrupto.

No es hasta el siguiente número (el que lo tocó a Grummett) en el que se ven los intentos por darle primeros auxilios, siendo inútiles, confirmando que Superman había muerto. Pero necesitaba respuestas y tuvo que pasar mucho tiempo para encontrarlas. Gracias a eso, podría decir que la idea sobre ella es como ser divergente mental: la opinión del chico de 12 años que la leyó en su momento y la del viejo que aún la lee 30 años después.

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