Sepultura: metal indígena amazónico.

Por Kevin Alcaraz

¿Por qué habría de destacar algo de Brasil que no sea la alegría del fútbol, el carnaval o la bossa nova? Pues bien, porque el legado que dejó la Quinta República, la opresión religiosa y la rebelión militar -que, por cierto, aún sigue vigente-, propició el belén para que el heavy metal extranjero a los países anglosajones se posicionase como una fuerza motora importante en el género.

Sepultura: metal indígena amazónico.

Jefferson Airplane: efectos de la píldora roja.

Por Kevin Alcaraz

La iconografía hippie tiene más de cincuenta años siendo motivo de admiración para muchos. Desde el signo de paz, las combis Volkswagen, el hedonismo, sus ropas bohemias, la llamativa combinación de colores que usaban, la simplicidad voluntaria en la que vivían, la promiscuidad, y la psicodelia siempre en el centro de todo. Pues bien, uno de los actos insignia del movimiento flower power, definió el sonido de San Francisco y aquel estilo de vida como nadie; y que, por si fuera poco, luego serviría como banda matriarcal para otros grupos en las siguientes décadas.

Jefferson Airplane: efectos de la píldora roja.

The Velvet Underground: vanguardia cáustica.

Por Kevin Alcaraz

No hay duda de que los Beatles reinan a placer en el mainstream musical en términos de valor cultural; pero, ¿quién prevalece en la escena underground? Fácil: aquel grupo de bohemios, ignorados, audaces, literatos e intransigentes que trascienden como -posiblemente- los más grandes exploradores que el rock ha visto, y cuyo éxito fue inversamente proporcional al impacto que tuvieron sus travesías.

The Velvet Underground: vanguardia cáustica.

Morrissey: más inglés, imposible.

Por Kevin Alcaraz

Pocas son las figuras quijotescas que, verdaderamente, tuvieron un impacto profundo en cualquier expresión artística, menos aún, en un género tan vasto como la música indie. Y es que, a pesar de ser un renegado de un sector segregado en la Britania, hace cuatro décadas, un hombre ascendió inexpugnablemente en la cultura popular, gracias a su lucidez paródica, su personalidad subversiva y una discografía intachable, hasta convertirse en una especie de héroe mesiánico en todo el país.

Morrissey: más inglés, imposible.

Wanda Jackson: fiereza, botas y alabanzas.

Por Kevin Alcaraz

A mediados del siglo pasado -una época definida por la domesticidad y la conformidad de la clase media-, se empezó a edificar la carrera de la primera mujer con gran recorrido en la industria musical. Esto, lo logró sin siquiera ser merecedora de la bendición de alguien; menos aún, porque constantemente desafiaba las nociones aceptadas de feminidad en los medios tradicionales norteamericanos.

Wanda Jackson: fiereza, botas y alabanzas.

The Stooges: puro pedigrí nihilista

Por Kevin Alcaraz

Durante la neblina del Verano del Amor, emergió la banda más anti hippie posible, cuyas enseñanzas, no solo sirvieron como piedra angular del punk, sino que fungieron como catalizador entre el garage rock y cualquier movimiento musical con distorsión. Como era de esperarse, eran poseedores de una nula habilidad instrumental e infamaron al rock and roll; pero mostraron que, al igual que en el día a día, en la industria del entretenimiento, una actitud aplastante puede bastar para ganarse el pan.

The Stooges: puro pedigrí nihilista

The Cult: letanía de rock and roll.

Por Kevin Alcaraz

En los anales de la historia, pocos músicos han sido tan menospreciados como aquel grupo de mancunianos fanfarrones, portadores del engreído ADN rockero, ingeniosamente despeinados y sumamente intensos. Ya sean del agrado del público o no, indiscutiblemente se trata de una banda con decenas de dimensiones e influencias, que luchó por cobrar relevancia con tanto ahínco, que, cuando lo lograron, las tensiones internas congelaron su núcleo.

The Cult: letanía de rock and roll.

Ace of Base: los astros también mueren.

Por Kevin Alcaraz

El pop sueco suele ser descaradamente alegre; prueba de ello fue la iconografía alcanzada por ABBA en los setenta y luego por Roxette en los ochenta. Consecuentemente, la última década del siglo preparó el más inverosímil de los cócteles musicales escandinavos donde se conjugaron el dance y un reggae caracterizado por la disonancia entre tonos mayores y menores. Por supuesto, esta fórmula probó ser una fábrica de hits tan efectiva que parecía maquinar sencillos con solo apretar un par de botones.

Ace of Base: los astros también mueren.

Faithless: alquimia artística.

Por Kevin Alcaraz

Por su complexión, la música electrónica tiende a promover el hedonismo. Sin embargo, justo en el ombligo de los años noventa, entró en escena uno de los actos definitorios del género, que, además de incendiar los pies y manos del público, cargaron con mensajes de despertar social contra aquella generación del éxtasis. La misión de dicha banda no era otra que sembrar ideas que vivieran más que los efectos químicos de las sustancias y que la música misma.

Faithless: alquimia artística.

George Michael: crestón del olimpo musical.

Por Kevin Alcaraz

Dentro del puñado de iconos en la generación MTV, la convención es que estos fueran grandes cantantes, bailarines, compositores y exploradores de géneros musicales. No obstante, pocos influyeron tan profundamente en la industria del entretenimiento como aquel místico personaje, cuyos sencillos inundaron las radiodifusoras británicas como ningún otro artista durante los ochentas y noventas; y de quien, su vida privada se tornó en una fábrica de dramas sensacionalistas.

George Michael: crestón del olimpo musical.

Tom Jones: virilidad musical.

Por Kevin Alcaraz

Thomas John Woodward nació de padres obreros en Gales durante la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de su infancia se le inculcó que no tendría mucho más futuro que trabajar como minero, y de no ser por una severa tuberculosis que le golpeó a los doce años, no habría descubierto su verdadera vocación: el canto.

Tom Jones: virilidad musical.

Aaliyah: la edad de la inocencia.

Por Kevin Alcaraz

Armada con un grupo superlativo de colaboradores y una intachable escuela de soul urbano neoyorquino, baby girl apareció en un momento clave en la música para servir de puente entre el R&B y el hip-hop más clásico; solo para que poco después la fortuna truncara su resplandor de la forma más cruel posible, dejando atrás la estela de su luz y una historia llena de hipótesis.

Aaliyah: la edad de la inocencia.

Bjork: la virtud y el conocimiento artístico.

Por Kevin Alcaraz

A lo largo de su historia, Islandia sirvió como semillero de referencias vikingas, narraciones épicas y célebres piezas modernistas. Sin embargo, la suprema embajadora de la isla en el mundo- y, posiblemente en la historia- es aquella dulce chica que, a mediados de los noventa, distó de sus pares gracias a su agudo sentido de la moda, las impagables colaboraciones que tuvo con los mejores directores y fotógrafos del mundo, y a su propuesta musical vanguardista y ecléctica.

Bjork: la virtud y el conocimiento artístico.

Jeff Buckley: un completo anómalo.

Por Kevin Alcaraz

Justo durante la fiebre por el rock alternativo noventero, hubo otra propuesta periférica cuya formidable voz se alzó como sinónimo de versatilidad suave, ópera y góspel. Dotado también de un brillo ocultar que delataba su autoproclamada carisma y sensualidad calculada; su figura emergió como sinónimo de un corazón sangrante y la máxima representación musical de una promesa incumplida.

Jeff Buckley: un completo anómalo.

Placebo; dicotomía musical y de género.

Por Kevin Alcaraz

En los años noventa, el vasto océano mainstream era dominado, ya sea por la simplicidad del rock alternativo, o por el frenesí de la música electrónica. Sin embargo, un par de chicos ingleses con auras penumbras se propusieron expandir la paleta de colores entre ambos géneros; sumando una ingente cantidad de matices lo-fi, una inconfundible voz nasal, letras completamente visibles y una desafiante puesta en escena.

Placebo; dicotomía musical y de género.

The Runaways: puro cromosoma X.

Por Kevin Alcaraz

Antes de que la escena glamera invadiera el Sunset Strip angelino, un grupo de chicas –cuna de algunas de las mujeres más notables en la industria del entretenimiento- sirvió de puente entre el hard rock y el punk; descifrando así, la críptica ecuación que separa a ambos géneros. Por si fuera poco, lo lograron en un lapso inversamente proporcional al profundo impacto que asestaron en la misógina escena musical.

The Runaways: puro cromosoma X.