Christina Ricci: facciones versátiles.

Por Kevin Alcaraz

Mensurar la polivalencia de un artista suele ser una tarea cuando menos complicada. Sin embargo, basta con presumir haber rondado con relevancia la periferia de un sinfín de géneros cinematográficos, deambular con éxito tanto la industria independiente como la de las masas, y hacerlo, por lo general, como una figura cuya imagen sirvió como perfecto nexo entre las temáticas transgresoras de los filmes y unos tonificados rasgos faciales.

Pocos podían presagiar la singular carrera que tendría Christina Ricci cuando debutó a los diez años con la cinta Mermaids -drama cómico encabezado por Cher y Winona Ryder– en 1990; menos aún que al siguiente año se alzaría como un verdadero icono de la subcultura gótica al dar vida a Wednesday en The Addams Family. Al día de hoy, este personaje está intrínsecamente adherido a su persona pese a ser una reencarnación de la entrañable serie sesentera de 37 episodios.

Naturalmente, sus siguientes proyectos apuntaron a reforzar y explotar su creciente imagen de estrella infantil.

Casper y Now and Then -ambas lanzadas en 1995- destacaron y se convirtieron en clásicos de entre un puñado de filmes empecinados en inmacular a Ricci como figura de blockbusters; sin embargo, algo más se cocía en secreto.

Entre el divorcio de sus padres, las consecuentes disputas legales por obtener la custodia de una auténtica mina de oro, y su creciente negativa a perdurar como símbolo adolescente, Christina resolvió que debía cambiar de representante, y que tomaría papeles más comprometedores y retadores para ella.

Con este cambio vinieron cintas como The Ice Storm (1997), The Opposite of Sex (1998), Buffalo ’66 (1998), Fear and Loathing in Las Vegas (1998) y Sleepy Hollow (1999). Algunas fueron aclamadas por la crítica, otras por la taquilla; comedía negras, dramas, horror fantástico; trabajando con Tim Burton, Johnny Depp, Lisa Kudrow, Terry Gilliam; interpretando psicópatas y adolescentes con una tremenda curiosidad sexual. No cabe duda que fueron los mejores años en la carrera de Ricci y su inexorable feminidad juvenil.

Incluso, se dio tiempo para debutar como directora con No Vacancy (1998) y aparecer en distintos medios como el videoclip del exitoso sencillo de Moby Natural blues, así como encabezar numerosas campañas publicitarias para Coca-Cola a finales de la década, antes de encarrerarse de nuevo una vez entrado el nuevo milenio.

“Even at 18, Ricci can still seem like a hurt, angry child”

Thomas Beller

Las luces alrededor de Christina se difuminaron poco a poco; sin embargo, justo se encontraba a las puertas de sus trabajos consagratorios como actriz con letras mayúsculas. Prozac Nation (2001), The Laramie Project (2002), Anything Else (2003), Monster (2003), Cursed (2005) y Black Snake Moan (2006), por mencionar algunos, la cimentaron, y de forma prácticamente clandestina, como una especie de figura etérea dentro de la industria: siempre confiable y estoica. Ya sea bajo la dirección de Wes Craven o Woody Allen, completó los mejores papeles que se le han visto al día de hoy, especialmente en aquellos que fotografiaron la homofobia o la ninfomanía con todos sus colores.

Una seguidilla de agridulces proyectos, aunado a problemas anoréxicos y de ansiedad, hicieron tambalear su reputación los siguientes años.

La adaptación del videojuego Speed Racer, encabezada por las hermanas Wachowski en 2008; la comedia Born to Be a Star, escrita por Adam Sandler y lanzada en 2011; la miniserie Z: The Beginning of Everything, una de las primeras producciones de Amazon Video en 2017; sin mencionar que durante este periodo fue abatida por la abusiva relación que tenía con su entonces esposo, se apilaron en su agenda.

Tras lograr el divorcio, la custodia de su hijo y dar a luz a su segunda hija con su ahora pareja Mark Hampton, felizmente se ha visto un resurgir en la carrera y persona de Ricci. Sus más recientes trabajos como invitada en The Matrix Resurrections (2021) y como estelar en Yellowjackets (2021-presente) la han puesto de nuevo en el centro de atención.

Por otro lado, invariablemente se cuentan con impaciencia los días para el estreno de la serie Wednesday, dirigida por no otro que Tim Burton y la cual será transmitida por Netflix. Y es que, aunque se trate de un proyecto que nadie pidió, y que Christina tendrá un rol secundario, seguro vendrá a sumar a su más que vasta carrera y encriptada figura.

Es un hecho que la edad de las celebridades suele alterar la percepción que se tiene de ellas; Ricci, en cambio, con destacadas participaciones en Broadway y como actriz de voz para videojuegos, es toda una veterana del entretenimiento a la cortísima edad de 42 años. Y, aunque no sea la primera en venir a la mente cuando se piensa en actrices prolíficas, su legado en cada una de sus colaboraciones es más que palpable.

Hoy, solo queda seguir desmenuzando la personalidad de Christina en la medida que ella lo permita.

Descifrar los discursos que da como portavoz oficial de la Rape, Abuse & Incest National Network (RAINN), sus tatuajes de sirenas, gorriones y libros, y escasas entrevistas en las que se deja leer, seguirá siendo deporte para quienes saben que lo mejor de Ricci está por venir.

“She’s just got a mysterious quality. She’s like a silent movie actor”

Tim Burton

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