Disco Elysium:obra maestra de la narrativa digital.

Por Alejandro Manzano.

Los videojuegos han aprendido, a lo largo de cincuenta años de existencia, a valorar todo lo que les aporta el tener una buena historia. El legendario desarrollador John Carmack alguna vez dijo: “La historia de un videojuego es como la historia de un porno: se espera que esté ahí, pero no es importante.” Disco Elysium (ZA/UM, para PC, Xbox y Switch) es uno de los mejores ejemplos de lo profundamente equivocado que está el señor Carmack.

Técnicamente, es un RPG (con todo y stats, puntos de experiencia y combate por turnos) de perspectiva isométrica (semi-3D visto desde arriba y como que de lado) con trama de misterio.

Pero nada de lo técnico importa cuando juegas Disco Elysium. Se trata de una experiencia que reta y rebasa los límites de lo que pareciera posible en un videojuego al punto en que te cuestionas qué carajos han estado haciendo los developers todos estos años antes de esto.

Si suena a que soy muy fan, es porque lo soy.

Disco Elysium me cambió la vida. Nunca jamás un juego me había abierto tanto la mente sobre las posibilidades de un relato interactivo en soporte digital y, opino, es de esperarse que en los próximos años su narrativa tenga un impacto similar al que tuvo la era de oro de BioWare (juegos como KOTOR o Mass Effect) o el que está teniendo Hades (2018) en el género de los roguelikes

Disco Elysium empieza con la pantalla en negro, sobre la que suena una voz grave, rasposa, casi inhumana, nombrada en tu interfaz como ANCIENT REPTILIAN BRAIN.

A lo largo del juego, el protagonista escucha otras voces que lo van aconsejando, pero no son voces de personas. Cada una se corresponde a los distintos atributos (o stats) a los que el jugador les puede  ir sumando puntos. Según qué tantos puntos de experiencia le asigne a Logic, por ejemplo, cambiará su capacidad para ayudarte a resolver misterios, pero también cuenta con otras voces más extrañas como Esprit de Corps (que determina tu empatía y conocimiento de tus colegas policías) o Inland Empire (que determina tu intuición y sintonía con el mundo místico o “extraño”).

Shivers te ayudará a percibir todo lo que pasa en la ciudad a partir de una gota de lluvia o una ligera briza, mientras que Electrochemistry grita, llora y celebra los tormentos del cuerpo de un ser humano adicto.

Por extraños que parezcan estos stats-personajes, todos tienen su razón de ser y un papel qué jugar en una historia que se centra en resolver un misterio, pero que, conforme la avanzas, te llevará a conocer un barrio que lleva inscrita su historia en cicatrices físicas y psicológicas que irás recorriendo.

Disco Elysium se trata de cómo el trauma histórico determina las estrategias que una población adopta para sobrevivir al cambio, cómo los prejuicios se fundamentan en el dolor que se hereda a través de las generaciones, y todo con un fino sentido del humor y pensamiento crítico que otorga perspectivas políticas y filosóficas (¡en un juego!) más sofisticadas que la mayoría de las columnas de opinión en los periódicos nacionales.


Sobre todo, cuenta una historia humana, que trabaja los temas del arrepentimiento, la redención y el poder de la memoria, pero también es un relato noir, de detectives y de suspenso con twists y altibajos emocionales dignos de cualquier otro exponente del género.

No alcanzan las palabras para recomendar Disco Elysium, solo cabe recalcar que ningún otro juego te va a retar, conmover, humillar y llenar de esperanza como la obra maestra de ZA/UM.

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