Por: Adrián García
Marie Anne Greenham es una contrabajista mexicana que rápidamente se ha convertido en una pieza clave dentro de la escena del jazz nacional, además de formar parte del Cuarteto Mexicano de Jazz y el R.A.M. Trio, esta talentosa artista nos habla sobre cómo se abre camino dentro de la música, sus procesos creativos y el nuevo proyecto de una Big Band.
¿En qué momento decidiste dedicarte a la música?
Yo creo que se me fue dando naturalmente, la música está desde que prácticamente nacemos, la tienen de fondo en las casas o viendo películas y series, todo está rodeado de música, siempre me ha llamado la atención y por que no darle una oportunidad a algo que te gusta, en mi caso desde adolescente siempre he escuchado música, pero es curioso porque cuando era niña casi no se escuchaba música en mi casa, osea, sí a través de la televisión y comerciales, pero mis papás nunca pusieron el radio, entonces creo que fue como el grito rebelde de como nunca se hizo en mi casa ahora lo voy a hacer, un poquito por ahí va.
También en Cuernavaca en la época que yo crecí había muchos grupos y mucha música en vivo, por ejemplo a mi me tocaron las fiestas con conciertos en los jardines o las terrazas, se reunían los chavitos de prepa y armaban sus bandas, entonces era toda una escena de música en Cuernavaca, en algún momento piensas que también quieres hacer lo mismo, de hecho han salido grupos de Cuernavaca, los de Zoe, los de Jenny and the Mexicats son de ahí, de hecho yo escuchaba sus ensayos desde mi casa cuando tenían antes una banda de punk, y al final todo esto va haciendo que la gente se dedique a este tipo de cosas.
¿Cómo llegaste a tocar jazz?
Cuando era navidad mi mamá sí llegó a poner algo de música, eran canciones de Frank Sinatra y Ella Fitzgerald los clásicos de navidad, y ese fue el único momento en el que yo pude escuchar música con discos o a través de un aparato, así que este fue mi primer acercamiento al jazz.
¿Cómo iniciaste tu carrera?

En algún momento mi papá heredó una pianola de 1890 pero de estas que tenían rollos y carretes y todo eso, pero pues es casi un mueble, no sirve como piano, llegué a tomar clases tenía unos cuatro o cinco años cuando vivíamos en Ciudad de México antes de cambiarnos a Cuernavaca.
Ya después en la prepa empecé a tocar un poco y yo no sabía que estudiar, pensaba en la carrera de diseño industrial pero en ese momento tuve un novio que sabía que yo tocaba y me convenció de tomar un diplomado de jazz en La Salle de Cuernavaca, la maestra era muy buena, una canadiense, nos dio prácticamente todo lo necesario para yo poder entrar a la Superior de Música, irónicamente fue el único examen de admisión que hice de todas las universidades, entonces creo que se fue dando muy fácil, de ahí inició todo el camino de mi carrera prácticamente.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Ahí viene un poquito de qué música escuchas, cuánto la escuchas, qué tanta atención le pones, te voy a dar este ejemplo: para escribir necesitas también leer, entonces mi pregunta sería ¿qué cosas lees y si te basas en esa lectura para hacer tu escritura? Es de aquello de lo que empaparte, lo que quieres hacer para poder exponerlo; si escuchas jazz lo más probable es que compongas jazz o si escuchas música latina que compongas con esos ritmos.
Actualmente formas parte del Cuarteto Mexicano de Jazz ¿Cómo es su dinámica?
Lo que tiene el Cuarteto es que es muchísima improvisación, el jazz en general se trata de eso, pero en este caso es más la parte de la creatividad entre los cuatro, que a veces uno tiene que resaltar más que los otros y los demás hacen la base y de repente a mi me dan la oportunidad de brillar, pero siempre es un diálogo.
Lo que me gusta de este cuarteto es que no es tan estricto como la música clásica donde tienes que tocar de forma tan cuadrada, al contrario, se da la creatividad y la misma pieza se trata de no tocarla igual siempre, la puedes tocar rock, funky, bossa, le puedes cambiar los tiempos, puedes hacer lo que sea teniendo la base.
Nos pasa mucho que por ejemplo con Francisco Téllez que es el director del cuarteto de repente toca La chica de Ipanema, y entonces comienza a hacer una síncopa y unos arreglos al instante, entonces tienes que escuchar y descifrar en el momento, pero es un dialogo, finalmente la música de jazz es un dialogo en este caso entre los cuatro.
“El cuarteto se basa muchísimo en la improvisación, en el escuchar y en el no ser cuadrados”.

También estás en el R.A.M. Trio ¿Cómo surgió este proyecto?
Este proyecto surgió porque, bueno, en realidad no hay muchas mujeres en este medio, yo llevo un poquito más de tiempo en la industria, y a mi no me tocó hasta hace poco cuando explotaron las redes sociales y todo esto de las publicaciones que las personas podían conectar, una plataforma que era muy buena fue MySpace porque estaba diseñada solamente para músicos.
Lo que pasó es que estas chavas son de una generación mas joven que la mía, hasta hace un tiempo no había guitarristas mujeres, hace unos años Abril Sánchez se metió a la Superior de Música y justamente lo de las redes sociales ella empezó a aparecer más, y fue el contacto a través de otra persona que comencé a tocar con Abril, la primera vez que toqué con ella fue en un evento que organizó otra amiga, y bueno, esto empezó como te digo, no hay muchas mujeres y finalmente apareció alguien enfocada en el jazz y con muy buen nivel.
También esta Reona Sugimoto, en realidad por eso el grupo se llama R.A.M. por el acrónimo de los tres nombres, Riona, Abril y Marie.
Riona ahorita está viviendo en Chiapas porque está haciendo su maestría pero eventualmente va a volver a vivir a la CDMX, mientras también está Sofia Zorzopulos ella viene de Argentina y hace poco tocamos en un evento de una asociación que ayuda a niñas en situaciones vulnerables.

¿Nos podrías platicar más del proyecto de la Big Band?
Estoy involucrada en este nuevo proyecto que es una Big Band de mujeres, osea, más de veinte mujeres tocando al mismo tiempo, y al final creo que es un parteaguas dentro de la industria, es la primera y la que más tiempo ha durado, porque no ha sido la única que a existido, pero estamos trabajando muy duro para que tenga éxito y trabajo, pero sobre todo que suene bien.
Ya hemos tenido varias presentaciones, una de ella fue en el zócalo.
“Uno de los sueños es presentarnos en festivales internacionales de Big Bands. Espero que con esto se abra la posibilidad para más mujeres que toquen jazz“.
¿Cómo se abre camino el jazz dentro de nuestro país?
Con mucha insistencia, pero la forma en como yo me abrí camino fue a través de la Escuela Superior de Música en la especialidad de jazz, y fue a través de contactos, como la mayoría de las carreras, era juntarme a tocar con mis compañeros, también se hacían dos festivales al año en la escuela donde tenías que mostrar tus conocimientos, creo que ese fue parte del camino, el enfrentarse a los escenarios y al saber que habían otros músicos tocando.
Pero el camino del jazz es complicado, se tiene que tener mucha paciencia, mucha tolerancia a la frustración, por ejemplo cuando quieres tocar pero no te dan lugar aunque tengas un muy buen proyecto y excelentes músicos.
Otro caso es el Festival de la Riviera Maya que se hacía todos los años pero ya desapareció, entonces los pocos lugares para la difusión del jazz están súper saturados, además en general la cultura en México siempre ha tenido problemas, es como una pirámide invertida donde a los que les dan trabajo son muy poquitos pero los salarios también son muy bajos, pero conforme sube la pirámide todos van ganando excepto el artista.

¿Qué te falta hacer en el mundo de la música?
Me gustaría asistir a festivales tanto nacionales como internacionales, me gustaría tocar en las salas importantes, por ejemplo llegamos a tocar en el Lunario hace unos años, en un proyecto que se llamaba Tributo al jazz donde precisamente con Francisco Téllez junto con la colaboración de más personas lo hicimos y realmente fue un buen concierto ya que casi todos los estudiantes de Téllez estuvieron involucrados.
También me gustaría hacer un concierto en el Auditorio Nacional, pero de jazz puro, con músicos mexicanos, yo creo que esa sería la medalla de oro.
¿Hacia donde crees que evoluciona el jazz?
Es complicado porque eventualmente la música siempre va evolucionando, tanto para bien como para mal, en este caso el jazz está llegando a ser la fusión con electrónica y con frecuencias, ya no es solo sonidos instrumentales porque también están entrando los sonidos digitales, pero en esencia el jazz como tal su raíz es la música espiritual, de canto, de la tristeza de los pueblos americanos, es como esta parte de esperanza, y si te vas atrás te das cuenta que el jazz viene del blues y este nació de los cantos.
Entonces ¿por qué el jazz no es popular ahorita? una entrevista con Herbie Hancock comenta que la gente ya no está interesada en la música como tal, sino que le interesa la persona que hace la música.
Pero veo que las nuevas generaciones en el jazz le están metiendo más ganas, más arreglos, están creando más piezas, están mezclando ritmos.
“Creo que va a ser una contra corriente más fuerte, vamos a hacer música más pesada musicalmente, más llena de protesta, decir: esto es música no apariencia”.
¿Qué sensaciones te da tocar frente a una audiencia?
A veces se siente mucha alegría al poder estar en un escenario, también te da ansiedad de querer ya estar tocando, pero es una ansiedad buena aunque es un poco frustrante cuando te hacen esperar en los lugares.
Obviamente cuando estás en un grupo que te gusta, tocando música de tu agrado y también el publico ayuda para generar este tipo de adrenalina y felicidad, aunque no todo es miel sobre hojuelas, si tienes malos compañeros puede ser muy pesado, pero cuando son buenos shows y cuando son buenas personas la verdad es que se vuelve algo que muy poca gente va a poder sentir y eso no se puede comprar.
Como digo, a lo mejor yo no voy a poder tener las experiencias que otras personas, pero te apuesto que jamás en su vida van a poder sentir lo que es subirse a un escenario, morirte de nervios a la vez, y la satisfacción de haber estado enfrente de la gente y haberte exhibido porque finalmente como artista te tienes que exhibir, y bloquear tanto los pensamientos como los comentarios negativos, concentrarme en la música y decir: se puede acabar el mundo pero yo voy a seguir tocando.
