Por Erica Zurr
El 9 de febrero se estrenó la cuarta temporada de “You” con nuestro buen amigo Joe, alias Jonathan Moore. Pero a diferencia de sus temporadas anteriores, esta tomo un rumbo algo extraño.
Desde el 2018, muchos de nosotros comenzamos a seguir la historia del muchacho, por aquel entonces llamado Joe Goldberg, quien era un fanático de la literatura, un romántico empedernido que solo buscaba su alma gemela. Hasta que descubrimos que para conseguir esto último, era necesario acosar, secuestrar y asesinar.


Con dos primeras temporadas muy buenas, luego una tercera donde la locura escala presentándonos no uno, sino dos locos enamorados, llegamos a la cuarta temporada. En realidad a la primer parte de la temporada, que está compuesta por 5 capítulos, donde todo argumento parece descarrilado del hilo original.
Si bien seguimos teniendo a Joe y sus monólogos en off y seguimos teniendo una referencia a su vida pasada, ya no parece “You”.
Poniéndonos en sintonía, Joe, ahora llamado Jonathan Moore, se encuentra en Londres dando clases de literatura en la universidad y queriendo dejar su vida anterior atrás e intentando no volver a matar. Hasta que se involucra con un grupo de personas muy acaudaladas y pertenecientes a la aristocracia ingresa.
Acá es donde comienza a flaquear en el argumento. Sin spoilear demasiado, en la casa de Joe aparece un cadáver y no recuerda si él es el asesino. Luego comienza a recibir unos mensajes donde queda claro que quieren incriminarlo.

Todo se ve forzado, desde su inclusión en ese grupo de amigos, la forma y el motivo por el que lo involucran en casa encuentro y salida, hasta sus reacciones. Todo carece de sentido, o al menos de credibilidad.
Tampoco su forma de ser tiene salvación, es como si Joe, que durante 3 temporadas logro evitar con inteligencia ser atrapado, hubiera olvidado todo lo aprendido.
Ni hablar de los eternos silencios y miradas incomodas, que hacen más aburridos los capítulos.
Porque si bien, la voz en off de Joe era una de los toques más característicos de la serie, acá lo dejan como una persona sin reacción ante las situaciones. Solo piensa, no responde ni actúa.
Su línea habitual de relato, él obsesionándose con alguna nueva mujer, nunca sucede. Entiendo o supongo, que la intensión era actualizar la narrativa y ser “novedosos”, pero al final terminó siendo una mala versión del “Clue” o de cualquier película de misterio que involucra una mansión, un grupo de amigos y un asesino sospechoso.
Si nos centramos en el elenco, ninguno actúa realmente bien y todos parecen sobreactuados, no logras conexión con ninguno, ni siquiera con Joe. Un gran error, ya que uno de los grandes aciertos de la serie fue lograr que el espectador empatizara con el asesino en lugar de odiarlo.
Muy lejos de sus temporadas pasadas y por primera vez aburrida, el primer desenlace no convence y no da interés de ver cómo sigue la segunda parte.
Quisieron modificar demasiado para no ser reiterativos, pero en esa búsqueda perdieron la esencia de la serie.
La segunda parte se estrena el 9 de marzo por Netflix.