Éste año fue de los indies.

Por Adolfo Aguirre

Debo comenzar aclarando un sesgo personal: me dedico a la mercadotecnia de videojuegos independientes. Ése es mi trabajo. Tengo un interés personal por verlos triunfar y económico de que estén en manos de más personas. Habiendo dicho esto, quiero también decir lo siguiente: Como jugador, creo que las mejores propuestas de juego están ahora en los títulos independientes. Este 2021 me lo dejó aún más claro.

Los videojuegos independientes están construidos en un ambiente muy retador que pone restricciones distintas sobre la mesa. Un equipo pequeño, con bajo o a veces hasta nulo presupuesto, no tiene las herramientas ni la exposición que tienen las grandes casas productoras y corporaciones. En esta industria tan competitiva, deben buscar maneras de llegar a su audiencia y de destacar entre tanta oferta de producto.

Las grandes producciones trabajan con inversiones inmensas, cada vez más grandes, y el número de unidades que deben vender para llegar tan solo a un punto de equilibrio es también cada vez más elevado. El riesgo debe mantenerse al mínimo.

Todo esto genera las condiciones para que la innovación e ideas frescas ocurran en los pequeños desarrollos.

Este 2021 no fue distinto, vimos incontables juegos independientes llegar al mercado y ser anunciados durante todo el año. Durante el mes de junio, mientras presenciábamos todas las transmisiones de la “E3” (la histórica exposición anual de videojuegos) me costaba mantenerme al tanto de todos los hermosísimos juegos independientes parte de shows no tan grandes. Por esto me causa un poco de ruido cuando escucho comentarios sobre cómo este año fue uno más débil o con menos contendientes fuertes.

Chicory: A Colorful Tale, Finji.

No te puedo culpar si sientes lo mismo. La atención mediática hacia muchos de estos juegos es escasa.

Siendo totalmente sincero: no puedo evitar sentir un poco de coraje al ver cómo se publican decenas de notas y artículos sobre cómo tal producción inmensa no resultó tan buen juego después de todo, mientras que increíbles obras llenas de amor como Chicory: A Colorful Tale y Button City están ahí sin la misma atención. O peor, ver toda una cobertura sobre cómo tal producción AAA falla en la representación de una cultura latina, cuando al mismo tiempo las mismas personas que claman sobre diversidad ignoran por completo el magnífico UNSIGHTED de un pequeño equipo en Brasil con apenas dos personas.

Hay cosas buenas e ideas nuevas, solamente debemos poner los reflectores en ellas.

Me gustaría que prestáramos más atención a los juegos independientes. Algo tan simple como un retuit o un wishlist en Steam hacen maravillas para la exposición de equipos de desarrollo pequeños, a veces hasta de una sola persona. Acaba de pasar el Indie World showcase de Nintendo y la selección de preciosos juegos independientes que mostraron ahí me hizo pensar en cuántas cosas nos estamos perdiendo entre todo el ruido que acaparan noticias no tan buenas.

Despido el año pidiéndote lo siguiente: Si vas a comprar juegos durante estas fechas, trata de incluir al menos uno de un equipo independiente. Harás sonreír a alguien, y probablemente descubras un mundo que vas a amar.

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