Faithless: alquimia artística.

Por Kevin Alcaraz

Por su complexión, la música electrónica tiende a promover el hedonismo. Sin embargo, justo en el ombligo de los años noventa, entró en escena uno de los actos definitorios del género, que, además de incendiar los pies y manos del público, cargaron con mensajes de despertar social contra aquella generación del éxtasis. La misión de dicha banda no era otra que sembrar ideas que vivieran más que los efectos químicos de las sustancias y que la música misma.

Fundada en 1995 por Maxi Jazz -un budista practicante y amante de la espiritualidad y los autos deportivos-, Sister Bliss -una jovencísima multiinstrumentista y prodigio del piano-, Rollo Armstrong -un graduado de filosofía y genio musical fundador del sello discográfico Cheeky Records– y Jaime Catto -artista gráfico con un importante enfoque visual en video y fotografía-, Faithless captó la atención del público londinense casi de inmediato.

No tardaron en debutar al año siguiente como agrupación en Camden agotando todas las entradas, al tiempo en que ya circulaban con éxito los temas Insomnia, Salva mea y Don´t leave por las radiodifusoras locales. Así mismo, el álbum Reverence (1996) escalaba con vehemencia las listas de popularidad en el resto de Europa gracias a sus temáticas socio-políticas y un inverosímil coctel del hip-hop, house y trance, llegando a lugares a los que algunos actos contemporáneos como Portishead y Massive Attack no habían alcanzado.

Con la llegada de Sunday 8PM (1998), Faithless se posicionó como una notable fuerza escénica. The garden, Bring my family back, Take the long way home y, especialmente, God is a DJ trajeron letras hipnóticas y una perfecta sincronía ambiental, que daban testimonio de la inmaculada escuela –Grandmaster Flash, De La Soul, Prince, Stones Roses, David Bowie, etc.- de sus integrantes.

Este trabajo, además de dejar algunos de los videoclips más emotivos de la banda, también significó la despedida de Jaime Catto, quien se fue para fundar su propio dúo -junto a Duncan Bridgeman– llamado 1 Giant Leap.

Aunque para entonces cada integrante también trabajaba paralelamente en proyectos independientes, el núcleo -donde la verdadera magia sucedía- seguía intacto. Maxi Jazz se alzaba como un auténtico pastor con sus líricas, Sister Bliss ya era considerada como una de las más prolíficas DJs del mundo, mientras que Rollo producía y condensaba todo aquello en un producto fino. Por lo que, finalmente, fueron buscados por una disquera importante (Sony BMG) para trabajar el siguiente álbum: Outrospective del 2001.

La audiencia se multiplicó y comenzó lo que los mismos miembros llamaron ¨la casa ácida con paisajes sonoros extraños y de otro mundo, ondas sinusoidales y notas de bajo sofocantes ̈. We come 1, Crazy english summer, Muhammad Ali y Tarantula esparcieron un mensaje de ilusiones sinérgicas entre la aflicción y el frenesí. Sin duda, era lo mejor de Faithless hasta entonces.

Sin embargo, No Roots (2004) cambió la ecuación de forma violenta. Este debutó en el número uno en Gran Bretaña, y el tema homónimo se erigió como un verdadero clásico entre fanáticos gracias a la superlativa colaboración de Dido -hermana de Rollo– con su angelical voz. Y es que, la cantante ya había trabajado con la banda desde su génesis en las canciones Flowerstand man (Reverence), Postcards (Sunday 8PM), Hem of his garment (Sunday 8PM) y One step too far (Outrospective).

Paralelamente, Miss u less, see u more se tornó en la canción más popular del álbum, mientras que Mass destruction se convirtió en un poderoso tema de protesta que, acompañado con su portentoso videoclip y punitivas líricas sobre la migración, pobreza, el conflicto y la pertenencia, incluso, fue citado tanto en el Senado de los Estados Unidos como en el Parlamento inglés.

Tras una serie exhaustiva de conciertos por todo el mundo y la publicación de los compilatorios Forever Faithless (2005) y Renaissance 3D (2006), llegó el quinto trabajo de estudio de la agrupación con To All New Arrivals (2006). Aunque este no tuvo las ventas esperadas, sí que ofreció una narrativa algo más optimista en respecto a cualquier publicación anterior.

Además de la proverbial aportación de Dido en Last this day, se sumaron Robert Smith con Spiders, crocodiles & kryptonite, Harry Collier en Bombs y el tema homónimo, Cass Fox con Music matters y Cat Power en A kind of peace. Posiblemente se trate del álbum más subestimado del grupo.

Lo que siguió fue un inusual hiato de cuatro años, en los que ya se rumoreaba lo peor: The Dance (2010) sería la despedida de la banda, dejando la escena en el punto creativo más alto de su trayectoria.

Not going home, Tweak your nipple, Sun to me, Feelin good y North star -este último par junto a Dido, para variar- musicalizaron lo que parecía un glorioso final para uno de los actos electrónicos más influyentes de todos los tiempos. Faithless se disolvió oficialmente en marzo del 2011.

Durante los siguientes años, Sister Bliss se convirtió una estrella de la radio y el podcast con cerca de 10 millones de escuchas mensuales, Maxi Jazz se concentró en su propio proyecto llamado The E-Types, mientras que Rollo usó el pseudónimo R Plus para publicar los sensacionales The Last Summer (2020) y recientemente WeDisappear (2022).

Aunque en 2015 vio la luz el engañoso Faithless 2.0 -un álbum de remezclas de importantes DJs como Avicii, Tiësto y Armin van Buuren-, la agrupación no publicó material inédito sino hasta 2020, en plena época pandémica y caos absoluto. All Blessed terminó con la sequía y agonía de millones de fanáticos que esperaron pacientes por diez años.

Las expectativas fueron superadas con creces gracias a temas como Innadadance, I need someone, Take your time y Synthesizer. Sin embargo, era palpable que faltaba la agenda lírica de Maxi en las canciones; pues, se trató de la primera ocasión en que no participó en alguna producción de la banda.

Su ausencia se acentuó más con su reciente fallecimiento. Pues, el pasado 23 de diciembre, Jazz fue encontrado sin vida por razones que aún se desconocen; sin embargo, se sabe que murió en paz mientras dormía.

Y es que, aunque Sister Bliss y Rollo representan la columna vertebral de la banda, y aunque sigan teniendo la capacidad de erizar la piel de la audiencia, en un sentido metafórico y literal, la voz del grupo se ha ido, dejando detrás mensajes poéticos y estimulantes que durarán en el corazón del público mucho tiempo.

Ahora, si bien lo hecho por Faithless nunca ha bastado para detener una bomba a punto de estallar, en el gran esquema de las cosas, las microacciones que plantan cada una de sus pistas han dado vitalidad a la música electrónica, han desafiado la psique de sus adeptos, y han inspirado a cientos de jóvenes a cambiar las reglas de un género que vive del movimiento. Sin duda, serán siempre unos auténticos gigantes de los beats.

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