“Ven conmigo si quieres vivir”:The Terminator de 1984 (parte II).

Por René Laphond

El inicio de la producción se pospuso nueve meses, debido al compromiso de Arnold Schwarzenegger con Conan the Destroyer (1984). Durante este tiempo, Cameron quería trabajar pero no tenía tiempo para hacer otra película, así que tuvo una charla con algunos productores de 20th Century Fox, los cuales le dieron una tarea para escribir; esto resultó ser Aliens (1986). El mismo día, también se le pidió que escribiera un guión para Rambo II (1985). Mientras manejaba estas dos asignaciones, también hizo trabajo adicional en su guión de Terminator. Bebiendo mucho café, llegó hasta completar lo que sería el guion de Terminator 2: Judgment Day (1991), la secuela que tuvo un éxito tremendo y revolucionó en gran parte la industria de los efectos especiales.

Hablando un poco de esta secuela, la cual muchos ubican más en su memoria que la original, la mayor parte de la historia así como el villano de metal líquido fueron concebidos durante el guion de la primer película.

Cameron pensó en crear los efectos del T-1000 con arcilla en stop-motion y hacer los cambios de identidad en callejones mal iluminados o efectos luminosos. Al percatarse de lo costoso y complicado que sería lograrlo con los efectos de ese entonces, se mantuvo hasta la primer parte de la historia, sin saber si habría una secuela siquiera.

Volviendo a The Terminator, aunque muchos critican a Schwarzenegger por ser un fisicoculturista convertido en actor, su compromiso con la película fue muy real.

En un inicio se había designado que él tendría el papel del héroe, Kyle Reese, pero al encontrarse con Cameron para hablar de la película, el director iba predispuesto a pelearse con el austriaco para lograr removerlo del elenco, pues se lo había impuesto la  casa productora.

Su sorpresa fue que al compartir puntos de vista, Arnold proponía ideas muy específicas sobre cómo se debe comportar el cyborg, gracias a que había visto Westworld (1973), detalles como no parpadear al disparar, frases muy mecánicas o formas de no actuar como una máquina, sino “ser” una máquina. En ese momento Cameron le ofreció mejor el papel de Terminator, ya que la película no se trataba del héroe, sino del villano, gracias a eso podía poner al héroe lógicamente menos musculoso y más sensitivo como lo había pensado en un inicio, papel que fue directo a Michael Biehn.

El ex –Mr. Olympia trabajó con armas todos los días durante un mes para prepararse adecuadamente. Las dos primeras semanas de filmación practicó el desmontaje y montaje de armas con los ojos vendados hasta que los movimientos eran automáticos, como una máquina.

Pasó horas en el campo de tiro y practicando con diferentes armas sin pestañear ni mirarlas cuando recargaba o amartillaba. También tenía que ser ambidiestro. Practicó diferentes movimientos hasta 50 veces. Terminó obteniendo un elogio en la revista “Soldier of Fortune” por su manejo realista de las armas en cámara (mientras que la revista generalmente satiriza las películas por sus representaciones inexactas del uso de armas).

Para el papel de la máquina se pensó en Ron Perlman, Michael Keaton, Alec Baldwin, O.J. Simpson, Tom Selleck, Harrison Ford, Sylvester Stallone, Mel Gibson, Richard Gere, Robin Williams, Jack Nicholson, Martin Sheen, Kevin Costner y John Travolta, y para Kyle Reese se consideró a Bruce Willis, Michey Rourke, Richard Gere y Sting.

Si algo de esto hubiera pasado no sé de qué estaríamos hablando, ya que Michael Biehn, Lance Henriksen y Bill Paxton también consolidaron su carrera y aparecerían en la siguiente película de Cameron, Aliens (1986) como Hicks, Bishop y Hudson respectivamente. Paxton tiene el detalle de ser el actor que ha sido atacado por un Exterminador, un Alien y un Depredador, siguiendo Henriksen con dos amenazas solamente. Biehn también se preparó para su papel estudiando la resistencia polaca de la Segunda Guerra Mundial.

Para Linda Hamilton, Sarah Connor fue sin duda el papel de su vida y por el cual es recordada, aunque el mismo personaje en esta película y su secuela sean tan diferentes, siendo tal vez la segunda la favorita de los fans.

Un diamante en bruto que se pulió con su secuela Terminator 2: Judgment Day (1991), nadie en esos años se imaginaba que sería el lanzamiento de una franquicia (aunque en su mayoría son pésimas películas, incluso contando con Cameron y Hamilton de vuelta para Dark Fate en el 35 aniversario de la original).

Tal vez su éxito se basa en la historia sólida, personajes relacionables y que Arnold aparece como villano y no como héroe, aferrado así a las otras 4, (salvo un cameo en Salvation hecho con CGI), The Terminator es una película con un principio y un final sin dejar cosas inconclusas o preparadas para una segunda parte, cosa que pareciera escasear hoy en día, si la separas del resto es una joya única y siempre será una buena opción para ver un sábado por la noche.

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