Por Jaime Moreno
Sin duda José Madero sigue sorprendiendo a su público manteniéndose vigente. Ni popero ni roquero. Nos ha demostrado ser autentico al imponer su estilo, el cual se ha estado consolidando en los últimos discos, después de un turbulento inicio de solista, del cual vaya que no ha dejado de experimentar.
Se dio el lujo de lanzar Alba en el 2018, así como actualmente The Killers con Pressure Machine este 2021. Ante el capricho de su vocalista Brandon Flowers de experimentar y darle un toque sumamente personal al disco: experimentando tanto en música, letra y efectos.
Acciones que deben aplaudirse, pues reflejan constancia. Muchos esperamos ansiosos su nuevo disco Giallo, que como sabemos a José le gusta identificar cada disco con un color, en este caso por representar una especie de suspenso italiano, o simplemente: ser del género amarillo.

José no tiene miedo a seguir creando éxitos, muhco menos nos enfada como aquellas series a las que uno ya no sabe cómo terminar, cual GOT.
Indispuesto a quedarse sólo con su “Plural siendo singular”.
Incluso en plena pandemia ha matado paradigmas y tabús que se crearon con Panda. La colaboración con un single como “Codependientes” con Cami, una colaboración en la composición de otro artista en “De mí, de mí, de mí” con Lasso y “Las Horas” con Dromedarios Mágicos, que para mi gusto estos últimos pasaron casi desapercibidos. Además de cantar en inglés “Life with a view” con el grupo escoces Cold Years y orgullosamente “The Unforgiven” en el tributo a Metallica como uno de los pocos artistas mexicanos invitados.

Panda no se acabó, y aunque la separación los puso en pausa, por cosas de la vida resulto que José Madero tuvo éxito. Ante el hambre y la adicción a seguirse dedicando a esta hermosa profesión, la agrupación lanza Desierto Drive, en el cual experimentan de más en el género, para mi gusto. En el álbum se destaca un sencillo titulado “Mi chula adolescente” a partir del cual considero deberían seguir explotando otros trabajos; como es el caso de “Cuentos de Magia y Misterio”.
Para José Madero no es suficiente.
Lleva delantera en su consolidación: encontró un estilo que le ha funcionado, lo cual se dejó ver en su obra maestra “Psalmos” con gran potencial por explotar; por que el Covid-19 llegó a estorbarle, más no a detener su creación. Esto quedó claro hace unos días en su concierto sold out en el Pepsi Center, del cual sé que es solo el comienzo.
Por otro lado, a mi parecer le está faltando encontrar la fórmula perfecta para producir videos. Me resultan elegantes ( en caso de la imagen), pero sigue habitando un género muy complicado para vender. No obstante Madero consolidó su estilo con “Psalmos” y “Quince mil días”; considero al último como un single que tiene letra, música y un video de calidad. Finalmente , se encuentra en un género complicado para enriquecer a un artista, con un alto grado de engagement.
En mi opinión debe continuar experimentando sin salirse del género y sosteniendo la solidaridad de su público; cueste lo que cueste no dejaran de escucharlo, sin importar si lo experimentamos limpiándonos un beso, frente al alba, o bailando en una boda. Es, finalmente un ser humano, y como dirían en “La cotorrisa”, si no te gusta, pues ¡cámbiale!