La Caída (Lucía Puenzo, 2022).

Por Mónica CePer

Después del boom que implicó  en los medios y redes sociales las situaciones de abuso y denuncias de miles de mujeres en Norteamérica con el movimiento feminista de ME TOO y que tuvieron lugar  durante gran parte del año 2019 y 2020, por fin llega a nuestro país, gracias a la plataforma digital de Amazon Prime, una historia que presenta una problemática referente al abuso que las figuras de autoridad, en este caso, cometido por un entrenador de la federación mexicana ante las jóvenes  de la selección nacional de clavadistas.


Mariel “la güera” Sáenz (Karla Souza) es una clavadista veterana de casi 30 años y cuya última oportunidad para participar en los Juegos Olímpicos, llega después de “desperdiciar” un par de oportunidades y ser considerada la estrella del equipo nacional.

Entre diversas afrentas y discusiones con Braulio Peralta (Hernán Mendoza), su entrenador desde niña y supuesta imagen paterna, ella debe aceptar que su lugar y el spotlight tiene que ser compartido por una nueva promesa del deporte, Nadia Alfaro  (Dèja Ebergenyi),  la cual le ha sido impuesta por medio del chantaje de  Braulio, quien  obliga a Mariel estableciendole la posibilidad de que “tal vez”  pierda su lugar en las Olimpiadas de no aceptar a la joven deportista.

Después de que Irene (Fernanda Borches),  la madre de su nueva compañera, dé a conocer a los medios de comunicación que el entrenador ha sobrepasado su papel profesional con Nadia, Mariel comienza a indagar en su historia personal y la manera en que su búsqueda por el triunfo puede ser empañada por el escándalo y los recuerdos que de alguna manera han sido catalizadores para frenar su propio ascenso al podio de honor.

El mensaje y temática de la película nos permiten visualizar las señales de peligro que algunos personajes de poder utilizan para manipular a las jóvenes a su cargo y sobre todo a ocuparnos más allá de la idea de que este tipo de historias cubren la agenda feminista, sino hacer frente a lo que ocurre en todos los ámbitos profesionales tanto en nuestro país como en gran parte del mundo.

Es necesario que en un tiempo en que se siguen cuestionando las razones de mantenerse en silencio por parte de las victimas poner atención en la manera que los personajes llegan a culpabilizarse y son manejadas mentalmente para hacerles creer que una relación entre una adolescente con un adulto puede ser consensuada, el filme por medio de la magistral actuación de Karla Souza permite entender los procesos que llevan a una mujer a hablar al paso del tiempo y principalmente para observar el gaslighting con que los agresores  trabajan la mente de las jóvenes a las cuales someten o engañan.

Reitero que el trabajo de actuación realizado por Karla Souza demuestra como  puso su alma y  corazón al interpretar la complejidad de una atleta olímpica con severos trastornos físicos y emocionales, directamente proporcional a los 3 años que le llevó su preparación técnica en el entrenamiento como clavadista para dar vida al personaje de  Mariel, así como el presupuesto brindado como productora y vivencias personales como parte del equipo de guionistas, al establecer  eventos reales que fueron sepultados y vapuleados por la misma federación nacional de clavadistas con los casos de la jóvenes, Azul Almazán acosada por su ex entrenador o Laura Sánchez Soto, quien siendo menor de edad sus padres dieron a conocer que había sido fue abusada sexualmente por su entrenador Francisco Rueda, a unos meses de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004.

El guion corre a cargo de un vasto grupo de cineastas, escritoras y actrices entre las que se destaca Maria Renée Prudencio, quien también brinda una participación especial como la doctora encargada del bienestar físico del equipo de clavadistas y en cierta manera cómplice de las vejaciones a las que son sometidas las deportistas.

El filme enfoca en los mecanismos del poder, la necesidad de éxito, el chantaje, abuso, los detonantes de inseguridad y el factor edad en las mujeres para desaprobar nuestra búsqueda por el triunfo después de los veinte años de edad.


La belleza de la fotografía contrasta con el ambiente claustrofóbico en gran parte de las secuencias que llega hasta los huesos y permite que la directora argentina Lucía Puenzo dé muestra del arte y oficio que domina de manera impactante, el cual ha puesto en marcha en diversas producciones como “XXY” (2007) ganadora de diversos  premios entre los que destacan en el Festival de Cannes (Premio Grand Golden Raíl y Crítica Week), Premio Ariel (Mejor película Iberoamericana), Premio Goya (Mejor película extranjera), Cóndor de Plata (Mejor película) y más recientemente en 2014 con “Wakolda“, así como creadora y directora de la miniserie de StarplaySeñorita 89” este mismo año.



“La Caída” es el tipo de cine nacional que debe verse, hablarse y recomendarse,  de inicio a fin permite al espectador generar un análisis profundo acerca de una problemática mundial que no implica únicamente a las mujeres y que requiere que la sociedad en general deje de estigmatizar a todas las que hacen escuchar su voz en las protestas y marchas para que nunca más nadie vuelva a sentir la culpabilidad de los actos y decisión de otro que objetifica y violenta.

El final puede polarizar, pero no dejará a nadie sin la posibilidad de analizar como cada uno somos el problema al minimizar el abuso sexual o el grooming y la manera en que la sociedad revictimiza a quienes lo han vivido, sin importar su estrato social o económico.

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