La relevancia de “Scream” en el fin del milenio y más allá.

Por Mónica CePer

Durante la última mitad de la década de los noventas el film Scream (Wes Craven, 1996) cambió la jugada en las películas de terror slasher, tal vez hoy en día parezca una saga muy quemada y poco innovadora, pero cualquiera que hayamos visto en las salas de cine, durante 1996, la primera secuencia de la llamada a Drew Barrymore cuestionándola con una trivia de películas de terror fue toda una vuelta de tuerca que la estrella más conocida (y que en el poster figuraba en primer plano) fuese asesinada antes de los créditos iniciales.

Wes Craven, creador del icónico personaje de Freddy Krueger, era el único que podía revivir un género que para ese tiempo había muerto una y otra vez por las historias repetitivas que no presentaban algún tipo de impresión latente o perdurable en el público y Scream lo logró con su sátira y dinámica de seguimiento de reglas con respecto a los “Do & Don’t” para sobrevivir y ser “the final girl“.

Kevin Williamson, conocido por su manejo de las emociones y tramas adolescentes con la serie de televisión Dawson’s Creek fue el encargado de desarrollar el guión de la película y su experiencia ante este tipo de público juvenil, le permitió desarrollar toda una carrera como guionista o productor en filmes similares  como I Know What You Did The Last Summer, The Faculty, Teaching Mrs. Tingle, Halloween H20 o en series de televisión como The Vampire Diaries, The Secret Circle y The Following, entre otras más del mismo corte.


La historia inicial de “Grita: Antes de Morir“, como fue titulada en México, sigue a Sydney Prescott, una estudiante de preparatoria y su grupo de amigos en Woodsboro California, justo en el punto que una serie de asesinatos perpetrados en el disfraz de un fantasma conocido como Ghostface, se llevan a cabo en su pueblo natal.

Durante toda la trama se establecen aquellas reglas que son parte del género, lo cual le brindó frescura y un punto de vista entretenidamente oscuro, así como   algo sarcástico, lo que permitió que la película alcanzará a convertirse con otros 4 filmes en una franquicia sumamente rentable, manteniendo en ella a tres de las figuras principales: la ya mencionada Sydney (Neve Campbell) sobreviviente final en cada una, así como la reportera Gale Weathers (Courtney Cox) y el oficial de policía Dewey Ryley (David Arquette).


De cierra forma, Scream renovó un género que se había perdido y que de alguna manera fue nuevamente incrustado en la cultural popular, no sólo en el cine o en series, sino también en la industria musical, cuyo ejemplo de la temática de la última sobreviviente, fue tomada para la creación y desarrollo del álbum Screen  Violence de la banda escocesa Chvrches, cuyo lanzamiento en agosto de 2021 tuvo como parte de su promoción en el segundo sencillo “How Not To Drown” la colaboración de Robert Smith de The Cure y la remezcla en su tercer single “Good Girls” por parte del director y compositor del género del horror John Carpenter.

La idea del álbum, junto con el título cobraba vida debido a lo expresado a la plataforma NME  por el tecladista de la banda, Martin Doherty : “la mitad de nuestras vidas se viven a través de las pantallas“.


Y en cierta manera la saga de Scream a partir de su cuarta entrega ha presentado esta idea particular y como la necesidad por ser parte del furor de la celebridad, aún cuando esto presente la oportunidad de serlo en medio de la tragedia o crearlo por medio de la tragedia.


El trabajo realizado en el álbum Screen Violence es un tributo al género del terror slasher de los ochentas y su sonido de sintetizador muestra esa ansiedad, depresión y necesidad de escape en la cual vivimos durante la Pandemia de 2020, año en que el proceso de producción de la cuarta producción de estudio de Chvrches comenzó a tomar forma.

Cada una de las letras de este álbum hacen alusión a escenas o situaciones referentes a la vocalista Lauren Mayberry en un filme de terror, simbolizando de cierta manera el encontrarse en el horror de cómo se glorifica la violencia de género y de que manera en la vida real muchas relaciones penden de esa dinámica, algo que de  alguna manera se muestra en filmes como Halloween y la manera en que una protagonista como Laurie Strode o la misma Sydney Prescott en Scream desarrollan un personaje que deja la inocencia e ingenuidad para convertirse en la heroína capaz de hacer lo necesario para salvarse a sí misma y recuperar su vida al rodar los créditos finales.


Tristemente, como ocurre en la gran mayoría de las sagas o franquicias, los personajes del filme original de Scream se vieron desgastados y metidos forzosamente en la quinta parte de la historia del asesino Ghostface, con la muerte de la mente maestra de Wes Craven la serie desdibuja el camino cimentado por medio de la ironía plantada en las 2 primeras partes y de hecho para la  sexta producción la protagonista Sydney Prescott no contará con el rostro de Neve Campbell y se desconoce cual será el destino de la “final girl” por excelencia de Scream.

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