Por Kevin Alcaraz
Cuando aparece en escena una personalidad cuyo linaje presume el arte en cada cromosoma, invariablemente la atención y las expectativas sobre ella se disparan cual precio de la canasta básica. Sin embargo, la historia reciente deja claro que ni la casta más pura sobrevivirá la infalible caducidad en los medios a la inexplicable edad de los treinta años; solo si se es mujer… claro está.
<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-7348881436295393"
crossorigin="anonymous"></script>
Producto de una inverosímil familia compuesta por la célebre groupie y modelo erótica Bebe Buell y el aclamado músico Todd Rundgren, Liv nació en el corazón del bullicio neoyorquino a mediados de 1977.
Durante la infancia, desarrolló principios de dislexia, trastorno por déficit de atención y anorexia ante el constante acoso escolar que sufría debido a su hiperactividad y un aparente sobrepeso; sus compañeros la llamaban “salchicha de hígado”.
En 1987, cuando la legendaria banda Aerosmith anunció su Permanent Vacation Tour, Bebe tuvo la brillante idea de llevar a su pequeña hija a uno de los conciertos. Aún entonces, era bien sabido que Buell y Steven “superestrella” Tyler habían tenido una efímera relación años atrás, por lo que Liv tuvo la oportunidad de conocer a la banda, el cantante… y su hija Mia Tyler, quien delató la idéntica semblanza entre ambas niñas.

Poco después, la verdad llegó como tormenta: Liv Rundgren era en verdad hija de Steven Tyler. Unilateralmente, Bebe había decidido ocultar este hecho por más de una década debido a las serias adicciones que acarreó el cantante durante los setenta y ochenta.
Los siguientes años vinieron con cambios drásticos en la apariencia de Liv, quien ya no era más un patito feo en el colegio. Por otro lado, no tardó en cambiar su nombre a Liv Rundgren Tyler, conservando el apellido de su padre adoptivo como segundo nombre, además de gozar de un orgánico acercamiento con Steven, al tiempo que conservaba su cercana relación con Todd.

“I’m so grateful to him (Rundgren), I have so much love for him. You know, when he holds me it feels like Daddy. And he’s very protective and strong.”
Tyler
Convertida en un hermoso cisne ya entrada la adolescencia, emprendió una breve e insípida carrera como modelo para al poco tiempo decantarse por la actuación. Así, protagonizó junto a una jovencísima Alicia Silverstone el entrañable videoclip de Crazy desprendido del álbum Get a Grip en 1993. Esto marcó su debut en una industria del entretenimiento que con los años probaría ser benévola con ella para después atacar con toda su displicencia.
Tras debutar al año siguiente con la cinta Silent Fall, vinieron un par de proyectos menores hasta cobrar verdadera relevancia en 1996 con Stealing Beauty, del polémico director Bernardo Bertolucci, y That Thing You Do!, escrita y dirigida por Tom Hanks. En la primera, Tyler dio vida a Lucy Harmon, una ingenua adolescente con un gran apetito sexual cuya poca experiencia de su actriz solidifica su interpretación. La segunda gira en torno a una banda one-hit wonder ficticia y cuyo desempeño en taquilla superó toda expectativa.
El siguiente par de grandes proyectos llevaron a Liv de la aclamación crítica al mainstream y eventualmente al estrellato internacional.
Primero, Armageddon (1998) de Michael Bay que, junto a una verdadera constelación por reparto, recaudó más de medio billón de dólares en taquilla; en parte por sus inagotables efectos especiales, así como una tal canción de los mismísimos Aerosmith la cual que gozó de aún más popularidad que el filme.

Luego, The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring (2001) y sus secuelas (The Two Towers y The Return of the King) dirigidas por Peter Jackson, inmortalizaron y edificaron una de las sagas/franquicias más exitosas de todos los tiempos. Aunque en un papel secundario, la princesa élfica Arwen Undómiel logró ganarse los corazones de grandes y chicos.
Tyler, estando en el punto más alto de su carrera, recibió la década de los dos mil contrayendo matrimonio en 2003 y convirtiéndose en mamá por primera vez. También, prolongó su vigencia gracias a que extendió su catálogo personal con dramas, comedias, filmes independientes, terror y cine de superhéroes, donde destacan las cintas en las se reencontró con Ben Affleck (Jersey Girl, 2004) y Steve Buscemi (Lonesome Jim, 2005); además de compartir pantalla con Adam Sandler (Reign Over Me, 2007) y Edward Norton (The Incredible Hulk, 2008).

Sin embargo, tal y como le sucedió a otras sobresalientes y sumamente agraciadas actrices de su generación como Zoe Saldaña y Maggie Gyllenhaal, una vez que rebasó los treinta años de edad fue víctima del edadismo. Es bien sabido que, mientras actores cuarentones como Tom Hardy, Jensen Ackles, Ryan Reynolds y Benedict Cumberbatch son cada vez más intrépidos en pantalla, sus contrapartes femeninas deben resignarse a roles de madres, esposas o simples ciudadanas de segunda clase.
Pese al claro abandono de las grandes productoras, Liv ha encontrado refugio los últimos años en algunos proyectos televisivos como The Leftovers (2014-2017), Harlots (2018-2019) y 9-1-1: Lone Star (2020). En cuanto al cine, su fino rostro ha tenido mucho menos presencia, destacando Space Station 76 (2014), Wildling (2018) y más recientemente Ad Astra (2019) junto a Brad Pitt, siendo esta la cinta más aclamada en la que ha participado los últimos quince años de su trayectoria.
Con un total de 31 filmes en su haber, los cuales han sumado más de cuatro billones de dólares en taquilla, Liv Tyler no se limita a ser una actriz cuya brecha del éxito brillo con gran intensidad.
También se trata de una importante embajadora por la UNICEF en pro de la prevención de distintos cánceres. Dicho lo anterior, resulta curioso cómo ni la astrología es tan compleja como lo es comprender aquello que sucede con el grueso de las estrellas femeninas cuya luz es forzada a apagarse prematuramente, siendo que el destino de los astros es el de resplandecer por millones de años.
“For me, I didn’t get much of a childhood in my teen years because I’ve been working since I was 14. I have no regrets. I love the way my life has gone.”
Tyler