Matthew Broderick: otra tragicomedia hollywoodense.

Por Kevin Alcaraz

Matthew Broderick no solo popularizó ausentarse a la escuela entre la Generación X, también ha resultado ser uno de los actores más carismáticos y queridos en la pantalla grande. Sin embargo, hay algo más allá de lo que deja ver su eterna sonrisa; un hombre que estuvo a punto de perderlo todo y que, parcialmente, logró resarcir sus pecados entregando un sinfín de personajes entrañables.

Basta con saber que Matthew es hijo de James Broderick (famoso por interpretar al agente Sheldon en Dog Day Afternoon) y que estudió actuación en el HB Studio (donde se formaron actores y actrices como Al Pacino, Robert De Niro, Sigourney Weaver, Whoopi Goldberg, y muchos más) para vaticinar su larga y exitosa carrera en Hollywood.

A decir verdad, desde su debut, cuando compartió escenario con su padre en la obra On Valentine’s Day del célebre Horton Foote, Broderick dejó una gran impresión a la corta edad de 17 años. Esto le valió protagonizar otro clásico de Broadway: Brighton Beach Memoirs en 1983, y así, convertirse en el actor más joven a la fecha en ganar un Tony.

¨ All these things have to line up that are out of your control. ¨

Broderick

Luego de hacer un estupendo trabajo en la cinta sci-fi WarGames, el héroe del cine adolescente de los ochenta, John Hughes, le ofreció a Matthew el papel de su vida en Ferris Beuller’s Day Off.

Como es bien sabido, el filme fue todo un éxito.

Recaudó más de $70 millones (con presupuesto inicial de $5 millones) y ha permeado como una de las películas definitivas de la década. Sin embargo, la magia captada por el lente no acompañó a Broderick el próximo par de años.

En agosto de 1987, Matthew y Jennifer Grey (curiosamente, la hermana mayor de Ferris en la película) y con quien llevaba una relación secreta, ocasionaron un fatal accidente automovilístico durante un viaje a Irlanda en el que murieron las dos mujeres del auto que impactaron.

Con todo y que Broderick había pasado múltiples veranos de su infancia en Gran Bretaña, aparentemente, había olvidado que en aquel lado del Atlántico se conduce en sentido opuesto con respecto a Estados Unidos, por lo que condujo su auto en el carril contrario y colisionó el auto de frente al otro.

Se le acusó de ¨conducción temeraria¨, pagó su respectiva multa y evitó un juicio por, al menos, cinco años de prisión.

“What I first remember is waking up in the hospital, with a very strange feeling going on in my leg.”

Broderick

Hacia finales de los ochenta, Matthew vio la oportunidad de enderezar su carrera y por fin codearse con actores de gran prestigio como Morgan Freeman y Denzel Washington con la película Glory. Su papel como Robert Gould Shaw fue tan elogiado que le volvió a abrir las puertas de Hollywood de par en par, hecho que aprovecharía para protagonizar un sinfín de cintas los años siguientes.

Durante los noventa, Broderick se caracterizó por alternar entre proyectos elogiados y repudiados por la crítica, como The Freshman (1990), The Road to Wellville (1994), Godzilla (1998), Inspector Gadget (1999) y You Can Count on Me (2000).

Entre sus papeles más entrañables se encuentran el arquitecto Steven M. Kovecs en The Cable Man (1996), donde comparte pantalla con Jim Carrey, el profesor de clase media Jim McAllister en Election (1999), esta vez con una jovencísima Reese Witherspoon como coprotagonista, y, por supuesto, prestar su voz para el adulto Simba en The Lion King (1994).

De hecho, también durante los noventa, Matthew abrazó los dos grandes amores de su vida: volvió al teatro a mediados de la década y contrajo matrimonio con Sarah Jessica Parker en 1997, con quien sigue casado hasta la fecha.

La sincronía con la Sarah Jessica y Matthew intercambiaron estatus justo después de sus nupcias aún resulta increíble.

Ella emprendió la exitosa serie Sex and the City y él, aunque seguía tomando proyectos de grandes productoras cinematográficas, comenzó a prestarle más atención al teatro.

How to Succeed in Business Without Really Trying de 1995 (por el cual recibió su segundo premio Tony). The Producers del 2001 (siendo nominado de nuevo al premio Tony). Nice Work If You Can Get It del 2013, It’s Only a Play del 2014. Su reciente debut en West End con The Starry Messenger del aclamado director Kenneth Lonergan hablan de lo bien que le ha ido a Broderick actuando en los auditorios los últimos 25 años.

Incluso puede presumir ser parte de un selecto grupo de actores y actrices que fueron inmortalizados tanto en el Paso de la Fama de Hollywood como en el Salón de la Fama del Teatro.

En cuanto a la pantalla grande y chica, Matthew, quien no gusta de repetir papeles o involucrarse en grandes sagas, se embarcó en el que fuera el último y más grande proyecto de su carrera cuando aceptó un papel secundario en la serie original de Netflix: Daybreak. La serie, que, por cierto, estaba sumamente inspirada en Ferris Beuller’s Day Off, fue abruptamente cancelada apenas en la primera temporada. 

Desde entonces, Broderick ha pasado el último par de años en la completa oscuridad.

La fiebre por su esposa también se ha esfumado con los años y es algo que él agradece de cierta forma, pues, ha dicho en repetidas ocasiones que gusta de tener privacidad y que ha disfrutado mucho su carrera, especialmente, por nunca haberse esforzado en ser cómico, famoso o siquiera un buen actor.

Difícilmente, hemos visto el final de Matthew frente a las cámaras. Aun así, su inusual ausencia en los últimos años hace cuestionarse a más de uno, ¿cuál es su verdadero legado? ¿Es justo decir que Matthew Broderick es uno de los actores más subestimados en la industria del entretenimiento? Y, especialmente, ¿qué habría sido de él si hubiera cumplido su condena tras el accidente en Irlanda?

¨ You change and people don’t want you to change and somehow you have got to bring people along. ¨

Broderick

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