Por Iracheta
En este (Re)corte filosófico quisiera recuperar algunas ideas planteadas por Slavoj Žižek a propósito de Roma de Alfonso Cuarón (2018). El análisis no es nuevo, sin embargo- y aunque no sea de un modo total- vale la pena recuperarlo, pues hay una serie de elementos que ponen de relieve el anamorfismo o la perspectiva ideológica en el cine, elementos que además exhibe una realidad muy presente en México.
El filósofo esloveno señala que la primeva vez que vio Roma, y aunque reconociendo su estatus de “clásico instantáneo”, le dejó un “gusto amargo”. La película al parecer de Žižek se festejó por los motivos equivocados, pues tanto el pretendido tributo a la trabajadora doméstica “Cleo” como la percepción inmediata que se distiende a través de la película, en el fondo reposarían sobre “un error de apreciación terrorífico” y casi “obsceno”.

¿De verdad ROMA celebra simplemente la sencilla generosidad y la dedicación desinteresada a la familia por parte de Cleo? ¿De verdad puede ser Cleo reducida a objeto del amor de una familia de pijos de clase media alta, (casi) aceptada como parte de la familia para facilitar su explotación física y emocional?”
Lo que Žižek se cuestiona
Aunque el filósofo esloveno tiende a cierto sensacionalismo en su particular forma de leer algunas películas, plantea cuestiones que suelen obviarse o sustraerse precisamente en la función ideológico-cinematográfica.

En este caso señala el contraste entre una mujer (Sofía) que, por su posición social, puede darse el lujo de ciertas manifestaciones de “autenticidad” o de hacerle frente a su realidad con una serie de recursos que la otra (Cleo) no puede permitirse.
Según Žižek debido a la posición dominante de la jefa o “señora” ella puede raspar el auto y la pared de la cochera sin ninguna concesión, pues hay alguien quien tendrá y deberá repárala. En el caso de Cleo, como el de muchos, no resta sino seguir trabajando; ese acting out, esas manifestaciones también están cuadriculadas política y socialmente.
Se trata pues de lo que se puede y de lo que sabe tanto el amo como el esclavo:
“El esclavo sabe muchas cosas, pero lo que sabe más todavía es que quiere el amo, aunque éste no lo sepa, lo que suele suceder, porque de otro modo no sería un amo. El esclavo sabe, y ésta es su función como esclavo”.
Lacan: Seminario 17: 32
Cabe aquí la acotación de que faltaría ahondar en el común abandono del hombre, de la representación de “Lo masculino”, su contribución a la miseria psicológica y social y la forma en que son presentados y ocultados al mismo tiempo por Cuarón.
Žižek destaca el final de la película (¡spoiler alert!), esto es, el momento en que Sofía se lleva a la familia de vacaciones a Tuxpan. Žižek señala aquí una doble lógica, poniendo en práctica un ejercicio de la sospecha, pues lo que en realidad estaría detrás de la ayuda a Cleo para lidiar con su pérdida sería la continuidad de la servidumbre, “aunque acabe de vivir el doloroso parto de una niña muerta”.
El filósofo esloveno anota:
“Durante una cena, Sofía informa a sus hijos de que se ha separado de su padre, y que han ido de viaje para que él pueda recoger sus pertenencias de la casa. En la playa, los dos hijos medianos están a punto de ser arrastrados por la corriente, pero Cleo, aunque no sabe nadar, se mete en el mar para salvarlos de ahogarse. Cuando Sofía y los niños expresan su amor por Cleo por tal devoción desinteresada, esta se desmorona bajo la culpa, revelando que no quería a su hija. Vuelven a su casa, en la que ya no están las estanterías y varios dormitorios han sido reasignados. Cleo prepara una colada, al tiempo que le dice a Adela que tiene mucho que contarle, y vemos un avión sobrevolarlas”.
Žižek.

El abrazo en la playa que es incluso la imagen de cartelera de la película y que constituye una escena entrañable, para Žižek resulta un gesto de “falsa solidaridad”, pues se trata de un momento que “confirma que Cleo está presa en la trampa que la esclaviza…” Žižek plantea una serie de motivos fílmicos que permitirían hablar de un rechazo involuntario del drama, cómo la forma de la toma ignora por completo el contexto traumático:

“Mientras que el contenido es el patético gesto de Cleo, quien, poco después de su traumático parto, arriesga su vida por los niños, la forma ignora por completo ese contexto dramático. No hay intercambio de planos entre Cleo entrando en el agua y los niños, ni tensión dramática entre el peligro en que se encuentran los chicos y su esfuerzo por salvarlos, ni planos subjetivos que muestren lo que Cleo ve”, esta escena retrataría el “patético papel de leal sirviente dispuesta a sacrificarse”.
Cuando consideraba este último elemento inevitablemente venían a mi mente algunas cosas con las que quiero cerrar este (Re)corte filosófico:

Por un lado, René Girard como una forma de “rendondear” las sutilezas de una posible justificación de la violencia. En El Chivo expiatorio, concretamente en el capítulo V titulado Teotihuacan, Girad aborda el tema de los mitos de autosacrificio en las sociedades primitivas, señalando concretamente a la “ideología del autosacrificio” entre los Aztecas. Si seguimos la línea dramática de Žižek y sumamos esta consideración uno puede preguntarse si hay en Roma una “colaboración mimética” con los señores, si podemos extender la lectura de esa “ideología sacrificial” al campo social, sobre todo en la interiorización del poder y al discurso del Amo y el esclavo.
Interrógate 1:
¿No es la demanda del “autosacrificio” a la que Cleo se apega con tanta ternura la demanda contemporánea de la eficiencia y el compromiso laboral imperante en todos los dominios?
Interrogante 2 :
¿A caso no constituye el “afuera de la película” que Žižek desconoce , pero que ofrece una continuidad a clasismo, racismo que lee como soporte obsceno de la pilícua?
Me refiero a las manifestaciones clasistas y racistas de algunas “actrices” y “actores” mexicanos, en este caso frente al papel de Yalitza Aparicio Martínez quien personifica a Cleo.
A modo de recomendación para el lector: revisa la entrada “Muchacha” en el Alfabeto del racismo mexicano de Federico Navarrete. Es una buena forma de complementar este (Re)corte.