Jeff Buckley: un completo anómalo.

Por Kevin Alcaraz

Justo durante la fiebre por el rock alternativo noventero, hubo otra propuesta periférica cuya formidable voz se alzó como sinónimo de versatilidad suave, ópera y góspel. Dotado también de un brillo ocultar que delataba su autoproclamada carisma y sensualidad calculada; su figura emergió como sinónimo de un corazón sangrante y la máxima representación musical de una promesa incumplida.

Jeff Buckley: un completo anómalo.