The Runaways: puro cromosoma X.

Por Kevin Alcaraz

Antes de que la escena glamera invadiera el Sunset Strip angelino, un grupo de chicas –cuna de algunas de las mujeres más notables en la industria del entretenimiento- sirvió de puente entre el hard rock y el punk; descifrando así, la críptica ecuación que separa a ambos géneros. Por si fuera poco, lo lograron en un lapso inversamente proporcional al profundo impacto que asestaron en la misógina escena musical.

Fundada en 1975 por Sandy West (batería) y Joan Jett (guitarra), The Runaways pronto abrazó a Cherie Currie (voz), Lita Ford (guitarra) y Jackie Fox (bajo) para, de esta forma, completar su primera y más clásica formación.

Aunque la figura de cada integrante no tardó en brillar con luz propia, la historia de la banda no se puede entender sin dos de sus personajes clave: Kari Krome, primera manager del grupo y principal fuerza compositora de este; y Kim Fowley, máximo responsable del éxito comercial y del estrepitoso fiasco personal entre las integrantes.

Siendo que todas eran menores de edad, el ¨liderazgo¨ de Kim fue clave para sembrar la idea de presentar un acto de colegialas rockeando con lencería. La instrucción era que cada una debía inspirarse en algún ídolo musical: así, Currie se apoyó en David Bowie, Jett en Suzi Quatro, Ford en Ritchie Blackmore, West en Roger Taylor, y Fox en Gene Simmons.

Tal cual, se convirtieron en una de las primerísimas agrupaciones americanas con influencias británicas, algo diametralmente opuesto a lo presenciado en años anteriores.

“I didn’t put the Runaways together, I had an idea, they had ideas, we all met, there was combustion and out of five different versions of that group came the five girls who were the ones that people liked.”

Fowley.

Naturalmente, The Runaways no fueron tomadas con seriedad al principio. Todo fue que publicaran el sencillo Cherry bomb –tema insignia de la banda- para ganarse la confianza de Mercury Records y grabar el álbum debut homónimo en 1976. Este contenía otra serie de inolvidables canciones como You drive me wild, Is it day or night?, Rock n roll y Dead end justice.

Ahora bien, a pesar de ser intimidantes y explosivas en el escenario, y de que sus canciones claramente reclamaban el derecho de las mujeres a contender como los hombres lo hacen, en la práctica, se encontraron con poquísimas aliadas en su misión de demoler estereotipos. Además, Kim hacía un excelente trabajo en sumir a las chicas en un adoctrinamiento clandestino justo a las puertas de la ¨era permisiva¨ -aquella en la que la delgada línea entre el sexo y el estupro es más que borrosa-.

Luego de una más que exitosa gira por Estados Unidos y Europa como teloneras de Cheap Trick, Tom Petty y Van Halen, volvieron al estudio para producir Queens of Noise (1977).

Gracias a la canción homónima, I love playin’ with fire y California paradise lograron sumarse como abanderadas del punk norteamericano junto a Blondie, los Ramones y los Dead Boys -todos con sede en el mítico templo del género: el CBGB neoyorquino-.

Sin embargo, y a diferencia de lo que pasó en Inglaterra, los actos rebeldes estadounidenses fracasaron en tomar las listas de popularidad. A pesar de ello, la fiebre por Ford, Jett, Currie, West y Fox en oriente fue tal que incluso –luego de grabar Live in Japan– gozaron de más aceptación en Asia que en América. Desafortunadamente fue durante este periodo en que se destapó la cloaca dentro del grupo.

Si bien vivían los proverbiales excesos del estrellato entre el alcohol y la cocaína, ninguna de las chicas veía algún dinero fruto de sus esfuerzos. Se les provisionaba solo con lo necesario para maquillar el hecho de que las ganancias en ¨G¨ mayúscula se las embolsaba la disquera y los promotores.

Además, con la repentina salida de Jackie y Cherie, se descubrió cómo Fowley jalaba de los hilos del grupo para poner a las integrantes unas contra otras; e incluso, abusó física y psicológicamente de algunas de ellas, en particular de Fox. Las supervivientes decidieron continuar, no sin antes deslindarse del manager y de Mercury Records.

“A guy knowing what he wants is a leader. A woman knows what she wants, and she’s a bitch.”

Jett.

Aunque la nueva formación publicó un par de álbumes más (Waitin’ for the Night, 1977, y And Now… The Runaways, 1978) con temas superlativos como Wasted, School days, Saturday nite special y Black leather, las tensiones ahora respondían a las escaladas diferencias creativas entre Lita y Joan. La primera esperaba dar un giro musical hacía el heavy metal, mientras que la segunda quería mutar al glam rock.

El disentimiento nunca se resolvió y la banda terminó por dar su último concierto la Nochevieja de 1978, para luego oficializar su disolución en abril del siguiente año.

Tras la ruptura, Joan fundó su propia casa discográfica llamada Blackheart Records y emprendió una brillante carrera como líder de su grupo The Blackhearts, publicando temas imprescindibles como Bad reputation (1980), I love rock ‘n’ roll (1981) y I hate myself for loving you (1988).

Lita, por su parte, se unió a Sharon Osbourne como representante para publicar en 1988 su álbum homónimo e inmortalizar su figura en el colectivo rockero con los sencillos Kiss me deadly y Close my eyes forever -a dueto con Ozzy-.

Por otro lado, Sandy encabezó también sus propios proyectos sin apenas atención de los medios por ellos. Terminó por convertirse a la docencia musical impartiendo clases de batería y muriendo a mediados de los dos mil a causa de un letal cáncer de pulmón.

Cherie, igualmente manejó un perfil bajo entre apariciones en películas, colaborar con algunos artistas y, en particular, practicar su verdadera pasión: tallar con motosierra.

Jackie se dedicó al constante aprendizaje; se graduó de la UCLA, ejerció la abogacía, se convirtió en columnista para Examiner.com, escribió novelas y produjo el documental Edgeplay, el cual relata la corta vida de las Runaways y los secretos que guardaban tras bambalinas.

Pues bien, desde aquel lejano 1979, ha habido múltiples intentos de reunión, pero este nunca se ha dado; ya sea porque en los noventas reinaba el sonido de Seattle en las radios, porque los derechos de imagen del grupo se quedaron de lado de Fowley, o porque el representante de Jett se ha negado rotundamente.

” It seems to me like Joan Jett‘s manager just runs her life in every way, shape, or form. He sees me as a threat, which is ridiculous, because she’s like my sister and I love Joan. The hard part is just trying to communicate with Joan without her manager involved.”

Ford.

Lo más cercano a un retorno de las Runaways fue la megaproducción cinematográfica estrenada en 2010, que, si bien contaba la sesgada visión de los hechos de su productora ejecutiva (JoansuperestrellaJett), sí que dio algo de justicia a una de las bandas más importantes y olvidadas de su generación.

Lo que es innegable es que, pese a los muros que la sociedad puso frente a Lita Ford, Joan Jett, Sandy West, Cherie Currie y Jackie Fox, juntas pasaron como aplanadoras sobre lo que hoy es un camino allanado por el que han pasado The Bangles, The Go-Go’s, L7, The Donnas y Vixen – solo por mencionar un puñado de ejemplos-. En definitiva, quizá no hayan sido las primeras, más sí las máximas representantes del rock femenino en todo el orbe.

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