Woodstock 99: Love, Peace and Rage.

Por Mónica CePer

Hay eventos en la Cultura Pop que son una mirada a la situación social y cultural de un período de tiempo específico, el festival de Woodstock en 1969 fue un suceso sin precedentes, su importancia radica en que mostraba la fuerza del movimiento hippie cuya ideología principal abanderaba el amor y la paz. Por lo tanto, la recreación del aniversario 30 años después, implicaba que tanto la prensa, la sociedad y los músicos involucrados tenían la mira puesta en darle vida nuevamente a lo que externaba esa ideología de disfrutar de manera libre la música, sin embargo, ahí radicó el primer error: los paradigmas y los valores en la juventud habían cambiado.

Este proceso de desarrollo,  la falta de precisión en el área logística, las contradicciones entre el consumismo de la década de los noventa y el idealismo de los setentas, dan pie para analizar lo que parecía una idea espectacular con resultados para ganar/ganar, fueron derribados por la codicia, falta de visión y por supuesto el choque generacional mostrado a través de los 110 minutos en el documental “Woodstock 99: Love, Peace and Rage” dirigido por Garret Price, bajo la producción de HBO, estrenado en 2021.

Imagen extraída de: www.latercera.com



Durante los días del 23 al 25 de julio de 1999, la consigna era generar en la juventud de finales del siglo XX,  una experiencia similar a la vívida en Bethel condado de Sullivan, estado de Nueva York en el verano de 1969, un festival de música y arte que uniera en esencia a los presentes, lo cual tristemente no se logró 3 décadas después, al concluir en medio del caos, el desorden y violencia de todo tipo por parte de aquellos que permanecieron en lo que se convirtió un estado de anarquía, donde los organizadores tuvieron que salir huyendo ante el desborde de adrenalina de jóvenes que motivados por la sensación de complicidad y falta de límites destrozaron, saquearon y violentaron todo a su paso. 

Este experimento revisional, en forma de documental, fue desarrollado por la serie “Music Box” en la plataforma HBOMax, es acerca de un hecho que fue catalogado como “el día que murió la década de los noventa”, en  el cual se muestra a diversos periodistas, artistas implicados en el cartel musical, así como los mismos organizadores, demostrando lo peligrosa que suele ser la melancolía con la que el pasado llega a verse y como al “forzar” a las nuevas generaciones a consumir un producto cuya ideología ya no entienden, genera esta clara brecha generacional.

En dicho trabajo visual se explica que, a diferencia del festival original, la reinterpretación en una base militar de Griffin Park localizado en Rome, Nueva York representaba una ironía por las implicaciones del aspecto contradictorio entre la “paz” como concepto y el uso de instalaciones para entrenamiento de la milicia norteamericana.

Este espacio geográfico hizo que el concierto no fuese “barato” ni de fácil acceso, por lo tanto, su público objetivo fueron los universitarios de fraternidades en Norteamérica que en ese punto se encontraban en proceso vacacional al más puro estilo del Spring Break.


La seguridad era escasa y en algún momento nula, el agua para consumo humano triplicaba el costo de una cerveza, las instalaciones y servicios sanitarios se fueron al traste durante la primera noche, así que estar atorado en un lugar donde apesta a drenaje, lleno de lodo y con un montón de hombres cargados de testosterona y masculinidad tóxica que solo vieron en este lugar la oportunidad para hacer desastre, dejarse llevar por la mentalidad del colectivo cazador y no por la música, la cual  con expositores del Nu-Metal como Limp Bizkit, Korn, Insane Clown Posse; entre otros, fueron puestos en evidencia por la prensa por no disipar a la horda que surfeaba con parte de los stands comerciales e incendiaban casi copiando una escena de El Señor de las Moscas.


Muchas violaciones ocurridas no se pudieron reportar, los saqueos y las hogueras en los espacios comerciales al concluir con la presentación de los Red Hot Chili Peppers fue lo que se vio en los noticieros y obvio la prensa fomentaron la mirada pública de que ese lugar se había convertido en un Pandemonium, en el cual específicamente MTV y sus corresponsales salieron del predio antes de lo previsto, ya que el mismo público chocaba con su enfoque que para esa época en la televisor del sistema de cable era de apoyo para el teen pop.

Imagen extraída de: https://m.imdb.com/


En lo personal y para concluir, este masivo pasó a la historia como uno de esos en que todos los implicados se lanzan el balón acerca de las razones por las que salió mal, pero desde un punto analítico y lejos de culpar de manera purista, conservadora y desinformada a la música rock como el catalizador de esta ira desmedida debe quedarnos en claro que se debió principalmente a que era un proyecto desorganizado, con obvias implicaciones económicas de ganancia para las marcas que patrocinaban  Woodstock 99, además de citar lo expresado por la periodista Maureen Callahan con el absurdo de “estos tipos que eran reliquias de los 60 sentían que esto era algo que la Generación X necesitaba, nuestra experiencia de lo que ellos tuvieron” y obviamente las generaciones, necesidades y circunstancias siempre son completamente distintas.

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